El Barcelona de Hansi Flick está dando de qué hablar. Con un inicio de temporada perfecto en LaLiga, los culés han sumado la máxima puntuación: 12 puntos de 12 posibles, igualando su mejor arranque de los últimos seis años.
Un ataque imparable y un Robert Lewandowski en estado de gracia
El impacto de Lewandowski en este arranque es indiscutible. Con cuatro goles en cuatro jornadas, el polaco ha sido una pieza clave para asegurar este comienzo perfecto. Pero lo que realmente ha elevado su juego es la sinergia que ha desarrollado con el resto del equipo. Lewandowski no solo está definiendo, sino que se está moviendo con una inteligencia táctica impresionante, abriendo espacios y permitiendo que el ataque fluya de manera natural.

La presión que ejercen es algo inédito
Muchos hablan del poder ofensivo del Barça, pero el verdadero pilar de este éxito radica en la presión que ejercen cada vez que pierden el balón. La intensidad con la que el equipo recupera el balón es digna de estudio. No es solo correr detrás de la pelota; es una presión coordinada, donde cada jugador sabe exactamente dónde posicionarse y cómo forzar errores al rival. Este tipo de presión asfixiante desmoraliza al equipo contrario, algo que se ha visto claramente en los partidos contra el Athletic y el Rayo, donde los rivales apenas pudieron generar jugadas de peligro.
Es tentador comparar este inicio con el de la temporada 2018-19, donde un Barça liderado por Messi y Suárez también consiguió 12 puntos en las primeras cuatro jornadas. Sin embargo, existe una diferencia: mientras que en aquel entonces la creatividad y la genialidad individual eran la clave, el Barça de Flick se basa en una estructura de equipo, donde cada jugador desde la defensa hasta el ataque, entiende su rol al milímetro.

La sombra de 2017: un reto motivador
En 2017 el Barça arrancó con siete victorias consecutivas, estableciendo un ritmo que fue imposible de seguir para sus rivales. Aunque es prematuro hablar de igualar o superar esa marca, el equipo de Flick ha mostrado señales de que puede hacerlo. La clave estará en mantener la concentración y no caer en la complacencia. Si este Barça puede mantener el nivel mostrado en las primeras jornadas, no solo igualará aquel inicio, sino que podría establecer nuevos estándares de excelencia en LaLiga.
En resumen, este inicio de temporada es más que un simple arranque perfecto, es una declaración de intenciones. Un Barça que combina talento individual con un trabajo en equipo impecable, y que tiene todo lo necesario para aspirar a lo más alto. Los retos son grandes, pero las posibilidades son aún mayores.